Pequeña Berceuse para los que lloran
y al llegar a la casa abrir la puerta
subir los escalones mirar alto
descubrió que los ojos le sangraban
quiso mirar pero era sangre inútil
sangre que olfatearan los mastines
que usara un pintor ciego para huir
que en la boca goteando boca abierta
fuera música siempre y soledad
alguien cerró un postigo con violencia
un frenazo sonó un perro ladraba
la sombra que su cuerpo recorría
pugnaba por amar cuerpos de estrellas
luces que a nadie importan fue tan tarde
que no llegar hubiera sido injusto
todos somos culpables de tu infancia
aquí te esperan el dolor y el miedo
tu sangre es bienvenida te esperamos
hay un jergón para tu boca amante
un canasto con flores desahuciadas
agua y vino el sabor de unas cerezas
el calor de un abrazo una canción
abre la puerta amigo entra en la casa
© Jesús Urceloy / 2010
Nota: Este poema, con la única variante de su puntuación ortográfica, fue publicado en octobre de 1997 en la revista Ariadna-rc.com, y estaba dedicado a Álvaro Muñoz Robledano.
No se lee la mitad del poema. ¿Es así?
ResponderEliminar¡¡Vaya dejadez de blog!!
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