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EL TIEMPO DE LOS PÁJAROS
este es el tiempo de los pájaros
el tiempo de los cuencos de arena
el tiempo de los alientos
de los largos alientos bellísimos y autumnales
este es el tiempo de llorar
los poetas hablan de pájaros
pájaros que se mecen en sus palmas o en los tabernáculos del socialismo que se mecen en la espera de una lluvia intemporal
pájaros que se desnudan
los periodistas desean limusinas rescatan la memoria del gran masturbador
los arcedianos hierven el aceite y buscan en la oscuridad la sombra de un hombre pobre
los internautas han contemplado la desolación y en ella esculpen sintagmas y quimeras
los concursantes los que habitan el ocio suben a los escaños gritan honor sed de basura
los entomólogos sufren la súplica de los obispos y sueñan un futuro de palomas mutiladas
los poetas y las bellas los poetas y las damas académicas los poetas y las esposas de los novelistas las que bordan patrias y trofeos las que cocinan salsas en los comedores públicos las que se depilan en los pasillos de los hoteles los poetas y las hijas de los militares despedazados en avionetas de recreo
los que respiran el aroma de la nueva poesía
contestan sus móviles piden igualdad zapatos planos elegantes grilletes de cuero negro
y ahora qué sueñan los poetas
dónde está el tiempo de los pájaros
dónde las cargas políticas en los astilleros
oh los poetas
aquellos que escriben con heces en todas las editoriales aquellos que dominan
dónde están esos desvergonzados poetas
esos que han determinado su oficio en el imperio de los saltimbanquis
dónde
lo dijo en el recreo un niño lo dijo en el mercado la canalla lo dijeron en las afueras el constructor y el cambista
– ya viene la sopa
y ahora quién vendrá a llamar a mi puerta
llamar a nuestra puerta ofertando el infierno prometido
ofertando el beso de una perenne navidad solidaria
quién vendrá con los pájaros desertores
junto al hombre que se levanta en un pozo de arena
Jesús Urceloy / marzo de 2010.
viernes, 5 de marzo de 2010
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No tiene que ser el infierno el que llame.
ResponderEliminarTiene que ser un beso que chupe la arena.
Bello poema, querido maestro.
Muchos besos
Pasote
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