Es una suerte inmensa tener buenos amigos, y si además escriben bien, miel sobre hojuelas. Como todos cumplen con aprovechamiento esta premisa y con mucha y sana cortesía tienen a bien enviarme lo más granado de sus obras he decidido, a fuer de no parecer ni un deslenguado ni un indiscreto, dejar al menos constancia pública de quiénes son y de qué libros presumen y por lo tanto presumo.
Comenzaré por las prosas.
De EDUARDO VAQUERIZO, que es un señor la mar de elegante y más alto y más guapo que yo, doy fé de su DANZA DE TINIEBLAS, que es una aventura en un Madrid actual pero futuro, con un desparpajo y una gracia que ya quisieran muchos Alatristes.
De REBECA TABALES, que es una chica guapa y llena de sabiduría, ERES BELLA Y BRUTAL, una novela de esas de profundidades y misterios y que tiene una de esas portadas que hacen temblar a ministerios bienpensantes.
De JOSÉ VIDAL VALICOURT, hombre flaco y de mirada intensa, EL HOMBRE QUE VIO CAER A DELEUZE, un buen puñado de cuentos breves y de una ilógica feliz.
De ROMÁN PIÑA, tal vez uno de los peores conferenciantes del planeta, STRADIVARIUS REX, que es un divertimento jocoso y necesario en estos días de proclamas y devastaciones.
De MARINO GONZÁLEZ, un amor allí por donde se deje, recibo DIARIOS MIEDOS, donde el cuento de misterio envuelve al alma y la poética de sus giros da valor a la lectura.
Y ahora los poemarios.
HELENA RODRÍGUEZ, alta y delgada como su madré morená saladá, me regala NUNCA DE SUS OJOS, experimental y verdadera, formal y loca, canción de nuestro tiempo.
BEGOÑA REGUEIRO, cuya sonrisa rompe cualquier academicismo, ALMA SOÑADA, donde se desnuda por dentro y por fuera, en una portada sugerente y sensual.
JAVIER MENÉNDEZ LLAMAZARES, desde sus litorales norteños me envía ayer mismo COSAS QUE NO SE PUEDEN ENCONTRAR EN INTERNET, con poemas intensos y versos muy libres, decidor de verdad.
A todos, qué menos que darles las gracias y desearles tanto amor y cariño como el que dispensan a este pobrecito hablador.
Urceloy / enero de 2010
Qué mejor forma de empezar el año que viéndome en una entrada de Tropezando con melones y ahora en otra de Urceloco. Es un honor poder decir que estamos en el mismo clus de buenos escritores y mejores amigos. Un abrazo
ResponderEliminarquerido Urceloy yo no tengo ningun libro para regalarte, lo siento, debe de ser que no escribo bien (tendré que asumirlo) bueno seguiré en el intento, sobre todo para tener más amigos.
ResponderEliminar¡Hombre, por Dios! No sé me queje usted, amigo anónimo, que no digo que haga falta escribir libros para escribir bien: sino que es una suerte inmensa que los libros que mis amigos me envían sean estupendos, que es otra cosa.
ResponderEliminar¡Salud y república!
Urce