Un amor
para marisol
el cuenco de mis manos apretadas
es el lugar que ocupa mi tristeza
mis dos manos adultas que se pierden
en la niñez aromas ruidos noches
recuerdan las canciones que mi padre
cantaba sin saber que en esa voz
iba trazando mi memoria
pensar en estas manos agrupadas
grandes como el tamaño de mi cuerpo
nacidas junto a mí alto ancho y fuerte
y tan anchas también y tan adultas
me hacen dudar pensar si fui si existe
una agonía deseada
si sólo vine para recordarte
en un amor
tal vez de caminar junto a mi cuerpo
de coger cosas
se hicieron fuertes
tal vez de romper horas y bolígrafos
se hicieron disimuladamente fuertes
y amaron
lo que pudieron
lo que sabían
las horas los bolígrafos
la fruta los regalos infantiles
los libros y la música encerrada
los timbres y las puertas
la ternura
amaron
de una mujer
su abrazo
con su cadáver con su máscara
con su desnudo débil y su llanto
final
con su alegría
estas manos vivieron
en una ciudad vieja
en una casa pobre
en una habitación
una cama un armario una mesilla
y un poco sólo un poco
de cielo prometido
de aquel cielo imperfecto que pasaba
tras la persiana sucia por el patio
mis manos son ahora
su espalda el pelo suelto a golpe
de luz para volver durmiendo junto a ella
en un borde del suelo
a salvo de pisadas
a salvo del rencor
junto al lugar de su tristeza
Urceloy / 2009
para marisol
el cuenco de mis manos apretadas
es el lugar que ocupa mi tristeza
mis dos manos adultas que se pierden
en la niñez aromas ruidos noches
recuerdan las canciones que mi padre
cantaba sin saber que en esa voz
iba trazando mi memoria
pensar en estas manos agrupadas
grandes como el tamaño de mi cuerpo
nacidas junto a mí alto ancho y fuerte
y tan anchas también y tan adultas
me hacen dudar pensar si fui si existe
una agonía deseada
si sólo vine para recordarte
en un amor
tal vez de caminar junto a mi cuerpo
de coger cosas
se hicieron fuertes
tal vez de romper horas y bolígrafos
se hicieron disimuladamente fuertes
y amaron
lo que pudieron
lo que sabían
las horas los bolígrafos
la fruta los regalos infantiles
los libros y la música encerrada
los timbres y las puertas
la ternura
amaron
de una mujer
su abrazo
con su cadáver con su máscara
con su desnudo débil y su llanto
final
con su alegría
estas manos vivieron
en una ciudad vieja
en una casa pobre
en una habitación
una cama un armario una mesilla
y un poco sólo un poco
de cielo prometido
de aquel cielo imperfecto que pasaba
tras la persiana sucia por el patio
mis manos son ahora
su espalda el pelo suelto a golpe
de luz para volver durmiendo junto a ella
en un borde del suelo
a salvo de pisadas
a salvo del rencor
junto al lugar de su tristeza
Urceloy / 2009