El primer alumno que dejará de asistir a tus clases será siempre el primero con el que te confieses.
El segundo que te abandonará será el primero que se ofrezca a acompañarte.
A menudo ambos serán la misma persona. Nunca dejes que haya un tercero si no quieres llevar más troceado el corazón.
Tu alumno más fiel siempre se esconde el primer año. No le busques. Deja que él mismo se delate. Si así lo haces vuestra amistad será duradera.
No te preocupes en buscar traidores, siempre hay tres, pero son buenas personas.
El peor es el que más sonríe.
En todo curso hay un loco y antes o después querrá dinamitarte. Nunca se va: hay que echarle. Se le detecta pronto: nunca hace los trabajos que pides.
También hay siempre un genio. Procura ser siempre tú, aunque el otro lo sospeche.
Olvida sus nombres con la misma intensidad que los aprendiste.
Y recuerda cuándo te sonrieron por primera vez.
sábado, 7 de febrero de 2009
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... así como tus alumnos recuerdan la primera vez que les sonreíste.
ResponderEliminarAMÉN
Envidia les tengo a esos cabrones. :P
ResponderEliminarYo quiero ser el del cuarto párrafo, pero no sé si lo merezco.
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