Creo que este poema ya venía siendo necesario.
La creación del mundo
(Elegía)
cuando comenzó el aire
ya sabía contar embutir el pescado cuartear el vino
ya sabía los nombres de las cosas redes sábanas espejos
y en el nombre de Dios rezaba
apoyado en la amura de rodillas
por sus padres su novia
y un amigo de Rosas que le vino a explicar
el azar de las rayas de la mano
cuando comenzó el agua
supo de la existencia de las nubes
que cortan en rodajas los ojos del jaguar
supo de la nostalgia del insulto
cuando se ha de olvidar un cuerpo y otro
que ha de venir entre las líneas corvas
de la mano extendida
cuando surgió la tierra
desconectó su móvil dejó abiertas
la ventana que daba al jardincillo
la caja de cartón con la ropa ya usada
y sin pudor vistió su carne tibia
con el cíngulo amado y los caminos
de su mano y su astucia
cuando comenzó el fuego
libre desde la voz la patria el cristianismo
libre por la ventaja de olvidar
por su matriz inmaculada
desde la profesión del infinito
escuchó a Dios rugir entre sus manos
todo esto lo sabía
desde antes de su muerte
Julio César Navarro poeta Guadalajara
ascendió solo a los cielos pero antes
de desaparecer sopló un poco de polvo
que había entre sus manos
y creó el mundo
urceloy / mayo de 2010
martes, 25 de mayo de 2010
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Por esos extraños azares de que la vida densa se alimenta me encontré con esta impresionante elegía debida a esa desdichada historia que hoy conozco.
ResponderEliminarDudaba de si dejar rastro o no aquí, pero me sentiría mal si no lo hago.
Conseguiré como sea ese único libro póstumo de Julio César Navarro.
Y, por supuesto, de alguno de los tuyos tras haber disfrutado con la lectura de tus poemas.
Un abrazo agradecido y emocionado.
El Urceloy cumple -a veces- con sus propios saberes. Ya nos dijo en clase que las mejores elegías necesitan de un tiempo de maduración. Y, así, su elegía a Julio César ha tardado año y medio en ver la luz pública. Nadie más próximo a Julio la hubiera podido escribir.
ResponderEliminarEs curioso pero siento acerca de Julio un desapacible sentimiento. Le descubrí como poeta gracias al libro póstumo Todo sigue así. Para mí fue, durante meses, un delicioso compañero de tertulias; un tipo brillante, culto, y dulce. Pero apenas conocía sus poemas porque asistíamos a talleres diferentes.
Ahora, que he leído varias veces todos y cada uno de sus versos, le echo mucho más en falta.
Gracias por la elegía y abrazos a los que estuvisteis más cerca de su persona.
Sulle
La elegía es un poema que, si media la amistad verdadera por medio, no debiera escribirse nunca. Pero si dejamos que el dolor se amanse y el alma se serene -que decían aquellos poetas tan místicos ellos- resulta por las mismas razones necesaria.
ResponderEliminarGracías Sulle, gracias Ybris. Y gracias, Julio, donde estés.