Y digo gracias a todos. Por estar y por querer estar. Ante los aunques, frente a los peros, desde la profesión y el oficcium: entonando el famous raincoat, el sanctus o el libera me. Gracias y siempre.
sanctus
cuando se arreglan los corazones rotos
un segmento de tiza un arroyo sin yermos
una cortante música de fiesta
engarza los pedazos los une los acuna
los llena y nuevamente deja para la
suerte
un respiro una audacia una serena lógica
que ha de volver haciéndose cuando se da
respiro
y el abrazo aparece y es un abrazo firme
y bueno y se recortan los bordes
acerados
y algunas limaduras y buscamos los
límites
ajados de la herida para unirlos de
nuevo
y sospechar que encajan pues antes de
romperse
fueron uno en el beso en el diario a
piel
en la luz habitada no se debe dar
nombres
sino cerrar los ojos y esperar que algún
día
también se arreglen esos los que aún
sangran lentísimos
los que son sangre propia