Salmo 32
Todo tiene su riesgo,
incluso las habitaciones vacías,
porque a menudo el cuarto, sus paredes,
enchufes, rodapiés, muescas, pintura,
atrapan al que llega y le hacen mueble.
Por si acaso tiende uno a despegarse,
pero es esfuerzo estéril, pues al poco
se piensa en el sofá, y en ese hueco
la lámpara de bronce, allí un retrato,
o aquí queda muy bien la estantería.
Todo tiene su riesgo. Incluso huir,
salir fuera, a la calle y no pensar
en planos, circunloquios, jeroglíficos.
No concebirse uno como un mueble
que pasa un rato aquí por esta casa
y un tiempo por error en otra edad.
Que nos queda ser huérfanos, o ser
libro de compraventa sin postor.