Pido disculpas al personal pensante, diletante, parlante y muy muchísimo amante y querido. El día 5 de Octubre mi viejo ordenador -que me ha acompañado 10 de sus 14 años de vida- agotó su último bit. Gracias a mi hija -ahora los hijos regalan ordenadores a los padres- y a la buena disposición de un par de buenos amigos hoy inauguro nuevo aparato, en cuyo interior aún existen algunos elementos del anterior, como un grabador de discos y su formateado disco duro. Esa ha sido la causa de tanto silencio y será la causa de mis nuevos parloteos.
¡Salud y república!
¡Salud y república!