viernes, 31 de julio de 2009

3 Pornomanía del yo 5 o Las intrépidas aventuras de un poeta en vacaciones 1

Siempre he pensado que, salvo para cazar ballenas con arco o conquistar el Polo, hacer un diario es una tontería y que a nadie le importan las aburridas experiencias de un propio, amén si lleva la agitada existencia de un poeta moderno: Del sofá al verso y ocho horas después, de ese verso, habitualmente tachado, al sofá.

Sólo dos veces he llevado un diario: Durante dos meses, hacia 1986,en Passau, Alemania,y a tres bandas, hace dos años, en un viaje loco a Portugal que hice con los señores Cuesta y Rómar. Ambos son impublicables. O no.

Hoy comienzo mis vacaciones. A las 11:00 salgo para Oviedo y de allí a Benia de Onís, Asturias. Después solo tengo claro que el día 1 de Septiembre tengo que estar dando clases de nuevo en Madrid. A ver si me impongo a mí mismo y escribo todos los días algo, por ejemplo: Las intrépidas aventuras de un poeta en vacaciones. Es una sandez de título, y por eso me gusta.

Hala. A ver qué.

Besos a todos.

miércoles, 29 de julio de 2009

1 Teatro Hiperbreve 10 Familia

A fuerza de hacer el vago ocurre que de oca a oca obrilla toca. Pero esta es divertida. A ver si mañana hago algo.


FAMILIA
Para Juan Manuel Navas

EL PADRE / LA MADRE / LA HIJA / EL JOVEN

Una cama. En ella, cubiertos por las sábanas, una pareja joven fornica. Se escucha lejano sonido de llaves. Se abre la puerta de la habitación y aparece EL PADRE. Los amantes no se dan cuenta. EL PADRE se desviste hasta quedar en ropa interior y se mete en la cama.

EL JOVEN: (Notando la presencia de EL PADRE) Pe... pero qué hace usted.
LA HIJA: (Conciliadora) Déjalo: es mi padre.
EL JOVEN: Tu... ¿Tu padre?
LA HIJA: Sí. Vendrá cansado. Tendrá sueño. Déjale. (Cariñosa) Anda, sigue.
EL JOVEN: Pero yo así no puedo seguir.
LA HIJA: No seas tonto. No nos va a molestar. ¿Verdad que no, papá?
EL PADRE: No.
LA HIJA: Nunca ha podido dormir solo.
EL PADRE: No os preocupéis por mí, cojo el sueño enseguida.
LA HIJA: Venga, tócame otra vez las tetas.
EL PADRE: (Con voz muy adormilada) ¿Ve usted? Ya me duermo.
LA HIJA: Además no ronca. Y es como una estufita. ¡Huy, qué flojita se te ha quedado! A ver si lo podemos arreglar...

LA HIJA desaparece bajo las sábanas. EL JOVEN comienza a emitir ruiditos gozosos. Tras unos instantes se vuelve a escuchar ruido de llaves, se abre la puerta y entra LA MADRE, que se desviste hasta quedar en combinación, y se introduce en el lecho. EL JOVEN se queda traspuesto, mirándola.

LA MADRE: No hagáis mucho ruido. Papá tiene el sueño muy delicado.

Oscuro.

miércoles, 22 de julio de 2009

0 Teatro Hiperbreve 9 Cast(r)ing

Casi se me olvida que se hace hoy miércoles y toca obrilla teatral. Y como mañana me levanto pronto, que tengo que terminar de corregir un poemario, enviar los deberes del curso de poesía estival, empaparme un poco más de Miguel Hernández, sacar un billete de tren para Oviedo, darle un mimo grandote a la Marisolilla, que se me va a Onís, escribir un prólogo y enviar a Pipe un lbro de relatos de la encantadora gente de mi curso anual de narrativa, previamente corregido de erratas, y algo más que se me olvida, pero ya veré, os dejo. Uff.



CAST(r)ING

Para Luis Felipe Comendador


LA VOZ / LA MODELO

Centro escena silla alta de bar. Al lado un taburete bajo. Sobre él un libro. Un sólo foco.

LA VOZ: Por favor, la siguiente.

Aparece LA MODELO. Desnuda. Antifaz y sandalias planas. Manos esposadas por delante.

LA MODELO: ¿Así está bien?
LA VOZ: Muy bien. Ponga un pie en el taburete y descálcese.
LA MODELO: (Obedeciendo) Ya está.
LA VOZ: Ahora el otro pie.
LA MODELO: (Obedeciendo) Ya está.
LA VOZ: Estupendo. Coja el libro del taburete y con él, bien firme, pase sus pies entre las manos hasta dejar los grilletes a su espalda.
LA MODELO: (Con cierta dificultad) Ya está.
LA VOZ: Bien. Ahora siéntese en la silla alta.

LA MODELO hace ademán de sentarse cara al público.

LA VOZ: No, no: así no, al revés.
LA MODELO: (Obedeciendo) Ya está.
LA VOZ: Ahora preste mucha atención. Es importantísimo. Debe echar sus pies hacia atrás lo más que pueda.
LA MODELO: (Obedeciendo) Ya está.
LA VOZ: Ahora mantenga esa postura unos segundos y recite lentamente su papel, por favor.
LA MODELO: (Cuenta lentamente hasta tres y dice, recalcando las sílabas) Mi – er – da.

Oscuridad.

martes, 21 de julio de 2009

1 Pornomanía del yo 4

Desde que dejé de usar bigote, un bigote falaz y aventurero, de mucha prosapia y relumbrón, que me hacía oriundo de algún paisaje de Ribera o descendiente de conductor de guagua, el globo se ha dedicado a dar tantas vueltas que los hipocampos visten de azul gongorino y las madreselvas huelen a pez escamado y filosofía naturista. Yo me he ido levantando cada amanecer con ganas de madurar un poco, liar cigarrillos y beber cerveza, con acciones de obra pero no de pensamiento, pues quien piensa en ayunas lo ve todo sobrenatural y adjetivo y quien rompe con su bostezo pasadas las doce del mediodía ha de palparse antes la cara no vaya a ser que se sea otro, por ejemplo Sir Thomas Addison, arzobispo de Canterbury allá por el año 1365, y tenga que proclamar como buena alguna medida contra la verdadera fe, como arrodillar sólo una pierna ante la presencia de cualquier novicia de Southampton. Después, según el día se acicala y se impelen los deberes de todo nacido de mujer, como sortear los vados en las carreras ecuestres o comprar aditivos para la conservación del equinoccio, a uno le van convergiendo ideas de dudosa materialidad -hacerse político extremeño, ingresar en la tuna compostelana- mientras el estómago va eligiendo si morir de inanición o tomarse un caldito frío, vulgo gazpacho. Sabiendo que el condumio vendrá guarnecido por una lubina próspera y de orden intelectual, nada me consuela tanto como el paseo a sol abierto ante la siesta protectora: cantan los árboles su perfectum omnia y las hojas del geranio, bobaliconas de por sí, pero atentas, proclaman con su bobez las brisas estivales. Llega la tarde tardía, son las ocho, y entre que la alpargata encuentra al pie y el zumo de limón la glotis, bien pueden dejarse pasar dos horas de mastuerzo al dril o al lobo, amigo lobo, gallego sin provincia, feliz estepario. Lo redundante no calma lo mayúsculo. Pierden las tundras, ganaremos el don del almanaque: seremos luces antes del paseo. La nocturnidad será tu casa.

Desde que dejé de usar bigote las hijas de los poetas no quieren viajar con sus padres de vacaciones, con sus padres masculinos, se entiende, o no se entiende, y los poetas, haciendo corro, se pasan la cachiporra entre sus manos, esperando que alguno tenga la suerte de agachar la cabeza, aunque sea para no llorar.

miércoles, 15 de julio de 2009

0 Tratado de urcelologia 14

Quien vive con poco no suele soñar con mucho.

Se olvidan antes las cosas que insisten que recuerdes.

Me gustan más las canciones que acaban en chin-pun.

Es preferible vivir pobre y contento que rico y triste.

Últimamente me siento más en el retrete a pensar.

Es curioso: todos mis amigos escriben de puta madre.

Cuando estoy solo lloro menos, pero mucho peor.

Me hace triste saber que tengo amigos que casi no me leen.

Estoy harto de decirle en mis olvidos que la amo.

Aprended de memoria un poema y recitádselo a vuestra sombra.

1 Teatro Hiperbreve 8 Eternidad

Con eso de andarme de congreso en congreso cada fin de semana voy llevando algo descuidado el blog, y parece que sólo me va a dar tiempo de poner las obrillas estas, que tanto consuelo y afición dan a unos y, por contra, alguna aprensión -siempre bienintencionada- a otros. Como soy persona de palabra y me gusta cumplir en cuánto puedo mis compromisos, ahí va otra, con su poco de gótico y rómántico.


ETERNIDAD

Para Rafael Pérez Castells

LA MUJER / ANDRÉS

Habitación. Cama. Semioscuridad. LA MUJER, en la cama, sufre una difícil pesadilla. Se yergue gritando.

MUJER: ¡Andrés!, ¡Andrés!

Se da cuenta de algo y repite, pero sosegadamente.

MUJER: Andrés...

Andrés entra por la puerta. Viste traje de novio.

ANDRÉS: Aquí estoy. ¿Por qué gritabas?
MUJER: Estabas muerto y te abrazaba.
ANDRÉS: Es verdad.
MUJER: Y tú no respondías, estabas muy frío.
ANDRÉS: No. No es así. Ven que te abrace.

ANDRÉS y LA MUJER se abrazan. Al poco, con suavidad, ANDRÉS empuja a LA MUJER entre las sábanas, arropándola.

ANDRÉS: Ahora duerme. (La besa con dulzura)
MUJER: Eres un ángel.
ANDRÉS: Sí.

ANDRÉS sale del cuarto apagando la luz.

miércoles, 8 de julio de 2009

2 Teatro Hiperbreve 7

De retorno de los misterios bejaranos y las buenas calorías tomelloseras, que podrían dar algo que hablar en mi otra hoja, quí lo sa, retorno al teatrillo con una aventura de cohetes y que no deja de ser un homenaje a mi amado Lem. Así les guste.


7. Ciencia Fricción

Para Álvaro Muñoz Robledano

EL COSMONAUTA / UNA MUJER DESNUDA / UN HOMBRE DESNUDO

Mesa. A ambos lados EL HOMBRE y LA MUJER. Se miran a los ojos. Se cogen las manos. Del techo desciende EL COSMONAUTA vestido de lo propio, escafandra incluida. Llega al suelo y da una vuelta completa a la mesa. El HOMBRE y LA MUJER se rozan las mejillas, se acarician el rostro y el cuello. EL COSMONAUTA en un lateral intenta quitarse el casco, pero no puede. EL HOMBRE y LA MUJER ya andan por los pechos. EL COSMONAUTA sigue erre que erre, pero nada. EL HOMBRE y LA MUJER juegan con los pies bajo la mesa. A la fuerza, pues no lo desea, el COSMONAUTA es izado hacia el techo, siempre intentando quitarse el casco. Cuando ha desaparecido del todo EL HOMBRE y LA MUJER vuelven a la situación inicial. Entonces el casco de COSMONAUTA cae desde el cielo, estrellándose sobre la mesa. EL HOMBRE y LA MUJER serios, muy serios se miran.

EL HOMBRE DESNUDO: Tarde.
LA MUJER DESNUDA: Como siempre.

Ambos hacen ademán de mirar hacia arriba. En ese instante vuelve la oscuridad.

jueves, 2 de julio de 2009

Hace tiempo que ya ni me pide que le haga un poema, yo le digo que las cosas no salen así, de golpe, sino parecido, y que a los poetas lo que nos viene bien es que nos digan, como Violante le dijo a Lope, lo que tienen que hacer. Cuando me hacen un encargo escribo estupendamente, cuando debo fiarme de mi propia musa tardo semanasañosdías en hacer nada. También me apetecía hacer un soneto en linea clara, aunque me sigue gustando jugar, aunque sea un poquito, con la irracionalidad.


porque me vienen grandes los zapatos
porque me agreden las mañanas frías
porque me gusta desnudarla a ratos
y verla cómo duerme algunos días

porque quiere cambiarme los retratos
poner en orden las estanterías
y ocultar sin tardanza algunos datos
que endulzan poco nuestras biografías

porque no sirve ya la lavadora
porque hay tantos sombreros como abrigos
porque en áfrica aún quedan elefantes

porque me besa cuando da la aurora
y me cuelga si quedo con amigos
porque existe un después después del antes


urceloy / julio de 2009


miércoles, 1 de julio de 2009

3 Teatro Hiperbreve 6 Amor Patrio

De todas las obrillas de teatro que llevo escritas -aún no he llegado, aunque me acerco al ecuador- esta es la más difícil que se me ha hecho a la escritura, y probablemente la que más veces he variado. Tal vez sea por su forzada sencillez. O porque en mi familia sólo hubo desertores.


6. Amor Patrio

Para Pedro Díaz del Castillo

El Teniente / El Sargento

Mesa. Papeles. Pulcritud. Expedientes. Sentado, el Teniente. Firmes, el sargento.

El Teniente: ¿Nombre?
El Sargento: Marcos Atilio Fernández, sargento de infantería, batallón 13, cota 21, señor.
El Teniente: ¿Profesión?
El Sargento: (Dudando) ¿Estudiante? (Sin dudas) ¡Soldado, señor!
El Teniente: ¿En qué quedamos?, ¿Estudiante o soldado?
El Sargento: Soldado, señor.
El Teniente: ¿Ha dicho cota 21... ? A ver... Sí, aquí está. Su licencia, salario, carta de recomendación y medalla al mérito. Para ti la guerra ha terminado. Que tengas suerte.
El Sargento: Pero... acabo de llegar.
El Teniente: No hay peros.
El Sargento: ¡No he disparado un sólo tiro!
El Teniente: Órdenes son órdenes.
El Sargento: ¡Papá!
El Teniente: Retírese.

El sargento de infantería duda, no quiere salir, se vuelve y se encara al teniente de intendencia. Este último desenfunda un revolver y dispara al aire. El soldado, más que retirarse, huye.

El Teniente: ¡Mierda de familia!

Silencio. Oscuridad, telón.
 

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